¿Cómo podemos evidenciar el cambio climático en Colombia?

Erwin Krauss fue el padre del montañismo en Colombia. Nació en 1911, en Bogotá, de padres alemanes y a finales de la década de 1930 empezó a escalar todas las montañas que encontró; fue el primer colombiano en hacer cumbre en varios de nuestros picos así como el primero en fotografiarlos, medir su altitud, temperatura y clima.
Armado de botas con suela de cuero con clavos de diez centímetros, y su cámara Rolleiflex, en 1937 Krauss hizo cumbre en El Nevado en el páramo de Sumapaz y al año siguiente, en el Nevado del Cocuy, subió el Pan de Azúcar. Entre 1939 y 1944 escaló el pico Simón Bolívar en la Sierra Nevada de Santa Marta, el Ritacuba Negro, el nevado del Tolima, Santa Isabel, el Ruiz y el Nevado del Huila.

El legado de Krauss reúne tres formas de relacionarse con la naturaleza colombiana: el deporte, la ciencia y el arte. Hoy en día, caminantes y escaladores siguen usando rutas que Krauss abrió casi un siglo atrás; y su gran trabajo fotográfico, si bien poco conocido, sigue siendo usado por el IDEAM como referente para entender cómo el cambio climático está afectando nuestros nevados y, por consiguiente, el resto del país.

Evidencias del cambio climático en Colombia
Los nevados colombianos son relictos de la última glaciación, por lo que son un referente fundamental para entender las variaciones climáticas a lo largo de los siglos; son únicos por su ubicación ecuatorial y altamente sensibles a los cambios en la temperatura del aire y la precipitación; sensibilidad que impacta en los numerosos servicios ecosistémicos que prestan: regulación climática, provisión de recursos hídricos, energía, suelo y biodiversidad. Como señala el IDEAM, los cambios en esos servicios ecosistémicos, impactarán en los biomas colombianos que albergan toda su biodiversidad.
Como han mostrado los estudios del IDEAM, durante el siglo XX el incremento en la temperatura y la falta de precipitación sólida necesaria para mantener el hielo, terminó por extinguir 8 de los glaciares colombianos. En términos de extensión, el país ha perdido el 92% de su área glaciar, al punto en que actualmente sólo nos quedan 6 glaciares. Si se mantiene el fenómeno, es posible que la totalidad de los nevados colombianos se extingan dentro de las siguientes cuatro décadas.
Fuente: IDEAM, Tercera Comunicación Nacional de Colombia a la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático.
La siguiente gráfica sintetiza el comportamiento de las sierras nevadas del Cocuy y Santa Marta y los volcanes nevados del Ruiz, Huila, Santa Isabel y Tolima entre 1950 y el 2015.
El deshielo de los nevados ayuda a entender la manera en que cambia la temperatura según la altitud: el aumento de la temperatura ha sido mucho más pronunciado en la parte alta de la montaña, comparada con las partes bajas, un cambio crítico para los glaciares. Este fenómeno no sólo se da en los nevados, sino en la totalidad del territorio nacional e influye directamente en las proyecciones de variación de la temperatura en Colombia.
El IDEAM espera que el aumento de la temperatura media en Colombia para el 2040 sea de +1°C y que entre el 2041 y el 2070 suba entre 1,0 y 1,5°C grados adicionales.
Según el Panel Intergurbernamental sobre Cambio Climático (IPCC), cada fracción de grado de calentamiento intensificará las amenazas de fenómenos metereológicos extremos y, aún si logramos limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 °C, 950 millones de personas en zonas áridas del mundo experimentarán estrés hídrico, calórico y desertificación, mientras que la proporción de la población mundial expuesta a inundaciones aumentará en un 24 %.
Estos cambios de temperatura (como proyectan varios estudios del BID y la CEPAL) afectarán qué cultivos son viables en Colombia, en qué proporciones crecen, y la productividad del ganado para leche y carne, impactando directamente en toda la cadena de abastecimiento de alimentos y la seguridad alimentaria de los colombianos.
Según el BID, para el año 2050 es altamente probable que veamos una disminución sustancial en la producción de maíz de riego y de secano (aquel que depende exclusivamente de la lluvia), sobre todo en la región norte del país. Adicionalmente, es posible que el área apta para cultivar banano, papa y trigo disminuya sustancialmente, pero que aumenten las zonas del país en que es posible cultivar yuca y ñame.
Sin embargo, aunque el cambio climático sea una realidad, no estamos inermes ante sus efectos. Por ejemplo, en La Montañita, Caquetá, Fincas está desarrollando un proyecto de más de 500 hectáreas donde se implementarán sistemas de agricultura y ganadería regenerativa y restaurarán hasta 100 hectáreas de selva. Así, bucamos disminuir los riesgos sobre la producción de leche en la zona, diversificar los productos cultivados, recuperar las fuentes hídricas y mejorar las condiciones de vida de los campesinos de la zona. Con el apoyo de ustedes, lo vamos a hacer realidad.
Nuestros recomendados
- Este artículo del World Economic Forum sobre las diferencias entre el Offsetting y el Insetting: dos caminos distintos por medio de los cuales una empresa puede buscar el status de “Carbono neutro”. La diferencia, en términos del WEF, es que en el offsetting se busca hacer menos daño, mientras que mediante el insetting se busca generar más bienestar.
- Este libro digital del fotógrafo de naturaleza Rafael Serrano Esguerra en el que revisita muchos de los sitios retratados por Erwin Krauss más de 60 años después. El libro, cuadro a cuadro, es un bello testimonio del paso del tiempo en nuestros nevados.